Pentecostés (1)

Estamos viviendo la novena al Espíritu Santo. Confío en que la hacemos con todo el corazón y con toda el alma. Esforcémonos todavía más por un contacto más fuerte, vibrante y ferviente con Él, dador de fuego y de infinidad de dones. En Él encontraremos:

- Fuerza, que restaura y transforma

- La llama que purifica

- El amor que inflama la pasión, despierta el ardor, fortalece el deseo de entrega completa, infunde coraje y fortaleza para seguir el camino del Evangelio.

Cuanto más estemos unidos al Espíritu Santo, mayor será la fuerza radiante de nuestras almas y más profunda nuestra vida espiritual.

Madre Adalberta en Pentecostés, 1978